Nombre: La fuerza de Sheccid
Autor: Carlos Cuauhtémoc
Opinión:
El muchacho después de haber visto aquellas obscenas
imágenes queda totalmente perturbado, por lo que a mí me parece él jamás había
visto porno o algo así; lo curioso es que a pesar de parecerle desagradable, le
quedó gustando... ¿A qué ser humano no le gusta la lujuria?
Esa noche no logró dormir, así que su madre le sirvió de
salvavidas; ella era sicóloga y le ayudó a calmarse un poco y tomar conciencia
de los riegos del exterior. Le recomendó unos libros para superar todo ello. En
uno de los libros se recomendaba hacer un diario de lo más fundamental de sus días.
Él obedeció; si uno no tiene amigos, qué más buena compañía que la escritura
para desahogarse.

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